Otro de los temas de conversación que seguro comentas con tus compañer@s mientras das zancadas por el monte.

Una afirmación total es que el masaje es satisfactorio y placentero y sus efectos positivos son múltiples y comprobados a la  hora de ayudarnos en la recuperación: estimula las células de nuestra piel, ayuda en la eliminación de toxinas, mejora la circulación etc. En este sentido una de las fenomenales ventajas de acudir al fisio o al quiromasajista es que su trabajo nos ayudará a vascularizar los músculos que nos ayudará a oxigenar en mayor medida nuestros tejidos. En resumen, con ello conseguiremos una recuperación muscular después de un duro y largo entrenamiento.

La frecuencia a la que acudir al profesional es otra de las dudas más comentadas entre el corredor de montaña principiante. A todos nos gustaría que nos ‘manosearan’ cada poco tiempo, pero para muchos es un gasto que no se pueden permitir. En este sentido, lo más sensato sería valorar la cantidad y calidad de trabajo que tu cuerpo está soportando así como su asimilación y en función de estas variables pasarte por el masaje. Cierto es que en ningún sitio está escrito la frecuencia con la que acudir a estos profesionales, pero entre los trail runners y runner de carretera, la norma varía entre masaje semanal, quincenal o mensual.

Lo que es vital es no esperar a notar tus piernas súper cargadas para pedir cita, en este caso te pones en riesgo de lesión, además de arriesgarte a invertir más tiempo hasta que el efecto del masaje gane a la sobrecarga. Sensatez ante todo por lo que la recomendación es por lo menos pasar por el fisio o quiromasajista una vez  al mes.

Hasta aquí hemos dado por supuesto que pasar por el masaje es fundamente, pero no es menos cierto que hay corredores que apenas se masajean. Pese a no ser corredor de montaña, el caso de Serge Girard nos puede servir de ejemplo: reconocido ultrafondista, recordman en cruzar continentes corriendo sobre asfalto y capaz de completar una media de 74km/día durante un año entero. Este formidable corredor francés terminaba fundido muscularmente cada una de sus etapas pero aún así, apenas dejaba que nadie le tocara sus piernas. Su recuperación la basaba en reposar en horizontal y poco más.

¿Se puede pasar sin masaje?

Por supuesto que sí. Además de Serge, hay otros muchos famosos corredores de montaña que apenas se dan masaje o que pasan muy poco por esta terapia. Indudablemente están dejando fuera una de las terapias más ventajosas y que aportan más calidad a su entrenamiento: prevención de lesiones, aceleración de la recuperación, asimilación de cargas, aumento de la cantidad y calidad de estas etc. Muchos piensan que pasar por el masaje hace que sus piernas se acostumbren a esta terapia y que luego si no pasas por ahí estas no funcionaran. A este respecto no hemos indagado en argumentos a favor de esta creencia pero nos parece un tema interesante susceptible de estudio.

En resumen, si no te convence del todo el masaje o bien no te lo puedes permitir, no dejes de hacer un buen mantenimiento de tus miembros inferiores: baños de contraste (agua fría – agua caliente), automasaje suave con cremas específicas, estiramientos muy frecuentes o incluso algún aparato de electroestimulación, te podrían venir muy bien.

¿Y qué hay sobre lo estiramientos, estiro o no estiro?

Estirar sí o estirar no. La respuesta a esta cuestión no admite discusión ni fisura alguna, SÍ. Los beneficios del estiramiento están escritos en mil sitios. Seguro que sabrás que si eres de los que te estiras a diario tendrás entre otros, estos beneficios:

  • Reducirás tu tensión muscular.
  • Ayudarás a aumentar tu fuerza (p.e un gemelo contracturado pierde su capacidad para ser efectivo).
  • -Tomarás más conciencia de tu cuerpo.
  • Serás más eficaz a nivel mecánico.
  • Te harás más resistente a la hora de que tu musculatura aguante más tensión.
  • Te aportará una mayor conciencia de tu cuerpo así como una patente tranquilidad mental.

Pero aunque la respuesta inicial fue contundente, este tema no está exento de importantes matices: Seguro que habrás comprobado que estirar antes o después de haber entrenado no tiene nada que ver. Las sensaciones son bien distintas cuando nuestra musculatura está caliente, esto es momentos después de habernos ejercitado. Por el contrario, estirar una musculatura fría podría traernos consecuencias nefastas, además de no conseguir el efecto pretendido. Por tanto, hay dos momentos ideales para estirar:

-Uno, antes de comenzar la sesión de entrenamiento o competición, pero siempre tras un suave trote de pocos minutos. En este caso la sesión de estiramientos será más breve, menos contundente y su objetivo será favorecer la irrigación de las fibras musculares.

-Dos, tras el entreno o carrera. Este es el momento ideal para ser más concienzudos a la hora de buscar la recuperación de la flexibilidad de una musculatura que se ha acortado tras kilómetros y kilómetros. Nuestras fibras están ahora calientes y responderán perfectamente a lo que pretendemos.