Os explico en qué consisten estas dos pruebas que verifican que estás en condiciones de entrenar y competir al máximo.

Foto: David Mundina corredor castellonense en pleno prueba de esfuerzo / Copy: Hospital Vithas 9 de Octubre-Valencia-

Si eres de los que dedicas muchas horas a tu pasión, correr, eres la persona indicada para leer este artículo. Si practicas un deporte que te sienta bien, que amas y al que dedicas tiempo, hazlo correctamente y no a lo loco.

Antes sería conveniente que te cercioraras de que tu organismo está en perfectas condiciones para ponerlo a 100 por hora. Al igual que ocurre con los vehículos, todo deportista debería pasar cada año (o como máximo cada dos años) su particular ‘ITV’, la Prueba de Esfuerzo. Un término bastante conocido entre los deportistas, aunque mucho más entre los que se dedican a las modalidades aeróbicas y someten a sus cuerpos a largos momentos de dolor, sudor e incluso lágrimas.

La Prueba de Esfuerzo consiste en valorar la respuesta del organismo durante el ejercicio, descartando anomalías en su sistema cardiovascular y prevenir así la temida muerte súbita. También habría otros objetivos secundarios, como valorar la capacidad funcional (estado de forma en ese momento) o potencial fisiológico del deportista, así como saber de qué valores se parte a la hora de iniciar un programa de entrenamiento personalizado.

También llamada ‘ergometría’ , este test puede llegar a durar al menos una hora (o más). Suele comenzar por la anamnesis, donde el médico deportivo entrevistará al deportista y se pondrá al día sobre su historia clínica. Luego será hora de medirse, pesarse y calcular el porcentaje de masa grasa y músculo de nuestro cuerpo. Esto nos dará una idea del IMC (índice de masa corporal), dato que servirá para saber si el atleta está en un peso saludable, ideal o con sobrepeso.

Tove Alexandersson, súper orientadora, corredora y esquiadora sueca, en plena prueba de esfuerzo / Copy: Tove Alexandersson

El electrocardiograma

Lo anterior dará paso a un electrocardiograma en reposo donde se comprobará la actividad eléctrica del corazón así como los primeros indicios de descarte de posibles cardiopatías. Tras esta medición, se procederá a la de la tensión arterial en reposo.

A partir de aquí llega la hora de subirse al tapiz rodante, también llamado cinta ergométrica (cinta sin fin). Esta es la herramienta más utilizada para proceder con esta prueba aunque también es apta una bicicleta estática. Una vez en el tapiz, el deportista estará a pocos minutos de dar el máximo de su capacidad fisiológica, no sin antes realizarle una toma de tensión en reposo y una espirometría, prueba respiratoria en la que se medirá la capacidad y volumen pulmonar.

Los protocolos de la prueba son variados. El más utilizado para los fanáticos de la carrera a pie es el que les somete a una carga o velocidad creciente en la que se parte de valores bajos (por ejemplo 8 km/h) para ir aumentándolos por ejemplo cada 1-2 minutos. También se suele proceder con el protocolo de Bruce (más indicado para corremontes) donde la velocidad se aumenta junto con la pendiente. La duración máxima de una prueba de esfuerzo puede variar aproximadamente entre 10 y 15 minutos. Cuánto más en forma esté el corredor, más durará..

Otras mediciones de esta prueba serían el análisis directo de gases (oxígeno consumido y el dióxido de carbono eliminado) que permitirá una exacta medición del consumo máximo de oxígeno (parámetro de rendimiento y potencial fisiológico del corredor) y otro electrocardiograma y toma de tensión arterial, esta vez en pleno esfuerzo, así como en los minutos posteriores a la finalización del mismo, en fase de recuperación.

Lo ideal para un corredor que entrene con frecuencia (entre 3-4 días a la semana)  sería hacerse una prueba de esfuerzo al año. Los precios de este tipo de pruebas son bastante dispares. Podemos encontrarlas por menos de 100 euros o por más de 200. Hay lugares con procedimientos muy completos (incluida la medición de gases) por menos de 90 y otros no tan ideales por más de 200. Ojo, una prueba más cara que otra no tiene porque ser mejor.

La importancia de la Ecocardiografía -la gran olvidada-

Por otro lado comentar que aunque la mayoría de los corredores ya se ven cubierto en cuanto a salud deportiva con la prueba de esfuerzo, es muy importante remarcar que esta se debería completar con una ecocardiografía (ecografía del corazón). Esta prueba debería ser obligatoria para todo deportista que se exija ya que gracias a ella se puede ver el correcto funcionamiento y las estructuras del corazón así como si este está creciendo de manera adecuada (y no anómala) a medida que se engrandece por la práctica deportiva. Recordemos que el corazón es un músculo y se va desarrollando a medida que lo vamos ejercitando más y más.

El Dr. Darío San Miguel haciendo una ecocardiografía a un corredor / Copy: Hospital Vithas 9 de Octubre

Una ecocardio también puede llegar a costar entre 100 y 200 € pero como corredor/a te diré que es la prueba de salud en la que mejor puedes invertir tu dinero.

Para l@s que puedan preguntar sobre donde realizarse estas prueba, de forma desinteresada os diré que conozco muchos lugares pero os recomiendo de forma clara este par de centros, uno en Madrid y otro en Valencia:

Reebok Sport Club / La Finca -Pozuelo- / C/ Serrano (Madrid).

Hospital Vithas 9 de Octubre (Valencia).

Centre de Medicina de l’Esport Gava (Gavà -Barcelona)

Centro de Medicina Deportiva SPORT-IT (Barcelona)