Este investigador y Doctor en Rendimiento Deportivo nos pone al día sobre los últimos avances y hallazgos en hidratación para el corredor (artículo confeccionado para Runner’s World España en 2015).

Foto: Stian Angermund-Vik se hidrata tras finalizar el Maratón del Meridiano/ Copy: Org. Maratón del Meridiano

Si te va el ultrafondo o las carreras por montaña de media o larga distancia montaña , le sacarás jugo a esta noticia. En este sentido, seguro que tienes muy claro que la hidratación es una de las variables decisivas dentro del rendimiento, calidad de disfrute y la salud del participante en una prueba de resistencia.

Conseguir tu objetivo, una gran marca o puesto, así como llegar a meta de forma decente y ‘comiéndote’ la meta pasa por unas pautas, entre ellas hidratarte correctamente. Para ello estoy seguro que sueles tirar de pautas estándar del tipo: “hay que beber unos 200ml aproximadamente entre 15-20 minutos de esfuerzo”. Si es así, no está nada mal pero tengo que decirte que por norma general el atleta calcula bastante mal el líquido que ha perdido en entrenamiento o carrera, por ejemplo si en una 1h30’ ha sudado casi dos litros, su percepción es que tan sólo ha perdido uno. Hay estudios como el realizado por Passe y col en 2007 que demuestran lo que comento. Por tanto, ahora que llega el calor no es ninguna tontería pesarse tanto antes como después de correr. La diferencia perdida será la que hay que reponer y por tanto la que necesitamos tomar en carrera. Claro está que en este campo las cifras varían mucho entre sujetos y no hay un patrón establecido.

Pero, no todo es tan fácil como calcular el líquido que nos hemos dejado en carrera. ¿Qué hay de las sales minerales? ¿Sabes qué cantidad de estas pierdes? Si lo supiéramos estaríamos muy cerca de evitar la deshidratación completa y por tanto la pérdida parcial, en muchos casos, de las funciones bioquímicas normales en la que los electrolitos están implicados y que son fundamentales para vivir y correr correctamente.

En este sentido, tenemos suerte, y aunque en nuestro país ningún investigador se hace rico, todavía nos quedan personas inquietas en este importante campo, grandes eminencias como el Doctor en Rendimiento Deportivo Juan Del Coso Garrigós. A sus 40 años (en 2021), este profesor de Fisiología Humana y del Ejercicio en la Universidad Camilo José Cela de Madrid también sabe lo que es correr -en su caso lo hizo en modalidad cross, pista y ruta hasta media maratón- y por tanto empatiza perfectamente con nosotros.

Hablado de hidratación y de sales minerales, su grupo de investigación nos confesaba esto en 2015:

“Ya se conocía que había un desfase entre la cantidad de sales minerales que se pierden con el ejercicio y las dosis que tienen las bebidas deportivas. Esta falta de electrolitos en los productos comerciales no suele generar un gran problema en cuanto al rendimiento deportivo en la mayoría de especialidades deportivas en las que el esfuerzo no se prolonga más allá de los 90 minutos pues en estas bebidas las cantidades de sales podrían ser suficientes para su práctica. El problema viene cuando el esfuerzo se alarga en el tiempo, por ejemplo en pruebas del tipo: maratón, ultratrail, triatlón de media o larga distancia o ciclismo. Aquí la cantidad de sudor generado unido a la perdida de sales minerales es un cocktail que puede generar una gran bajada de rendimiento e incluso problemas de salud”.

¿Por qué las bebidas comerciales no llevan la cantidad idónea de sales minerales?

Según el Doctor Juan del Coso:

“Todo esto se debe a un tema comercial. Se ha visto que el sabor salado de una bebida isotónica es poco atractiva e incluso desagradable para el corredor e incluso para el público en general por lo que las marcas prefieren restringir esta cantidad para no perjudicar sus ventas. Las marcas saben perfectamente que el sudor promedio está entre 40-60 mEq/L de sodio pero estas sólo ponen 20mEq/L para no perjudicar el sabor de su bebida. En su día, marcas pioneras como Gatorade se dieron cuenta de esta carencia e intentaron comercializar una bebida con más proporción de sales. Al poco tiempo se dieron cuenta que sus ventas bajaron y dejaron de comercializarla”.

Iván Penalba, sales en mano, en el pasado Cpto del Mundo de 24h disputado en Albi / Foto: Rafa Romero

La solución: ¿suplementar con sal?

Con los argumentos anteriores como realidad, estos profesionales se pusieron a investigar las consecuencias de este fenómeno. Fue en una prueba de triatlón de media distancia -1’9km nadando, 90km ciclismo y 21Km corriendo– en la que compararon el rendimiento de triatletas que sólo se hidrataban con bebidas isotónicas con los que además se tomaban cápsulas de sal. Tal como explica Del Coso, los resultados fueron concluyentes.

“Aquellos triatletas a los que suministramos sal y cuyo objetivo era reponer las ¾ partes del sodio perdido a través del sudor fueron al final casi 30 minutos de media más rápidos que los que sólo tomaron su bebida isotónica. Con este experimento pudimos demostrar que este efecto positivo en el rendimiento se relaciona con un incremento en la concentración de electrolitos en la sangre. Por un lado se repone el sodio perdido y por otro lado, la ingesta de esta sal estimula a que el atleta beba más durante la carrera”.

No es lo mismo correr en verano que en invierno, y la realidad y el sentido común nos dicen que en verano nos recalentamos más y por tanto la sudoración es más abundante que en invierno. En datos promedio podríamos decir que si un corredor pierde 1’5 litros de sudor a la hora, en invierno podrían ser 0’5 litros. En este sentido, según Del Coso:

“Si extrapolamos estos valores a las sales minerales podemos concluir que por norma general la suplementación con sal sería más válida para pruebas de más de 1:30 horas de duración y en condiciones de calor. En invierno el corredor podría comenzar a suplementarse con sal a partir de las 3 horas de esfuerzo, aproximadamente”.

No hay una dosis estandarizada de sales en los isotónicos comerciales

¿Existe una bebida de electrolitos científica?

Bonita pregunta para una respuesta tan corta, por el momento NO.

Pero al grupo de investigación del Dr. Del Coso les gustaría poner respuesta a esta pregunta:

“Al igual que más o menos se puede saber cuál es la cantidad de líquido que un corredor pierde tras una carrera, basta con pesarse al comienzo y al final del ejercicio, así como tener contabilizado el total del líquido ingerido, en el caso de los electrolitos se complica algo más. Ahora mismo estamos experimentando con un parche que se pega en el brazo del corredor para que este recoja la cantidad de sales que pierde durante el esfuerzo. Luego se calcula según su superficie corporal, peso etc la cantidad total perdida y se estima por tanto la que debería de ingerir. La gente suda de forma dispar y por tanto a unos les podría valer con una bebida comercial y otros necesitarían tomar más electrolitos en forma de sal y demás”.

El futuro: ¿Hidratación a la carta?

Todo parece indicar que además de por la suplementación con cápsulas de sal, la correcta hidratación del deportista podría pasar por tener un rápido, eficaz y acertado sistema de medición en el que se calculara la perdida de sales de forma personalizada. Así nos lo explica este investigador:

“Estamos pensado en patentar un sistema de medición en el que podamos enviar por carta un kit de medición con un parche, un tubito e instrucciones para que el deportista proceda como le decimos, nos devuelva el parche y posteriormente le enviemos los resultados, a saber, la cantidad de sales que pierde con el sudor y por tanto su fórmula personalizada de hidratación en carrera”.

Todo esto tiene muy buena pinta. ¿Te imaginas saber que necesidades hídricas y de sales minerales necesitas para no desfallecer en la búsqueda de tu mejor resultado así como para correr de la manera más saludable posible?