Foto: Txus Romón en acción/ Copy: Igor Quijano

Un nuevo relato de nuestro amigo Txus Romón donde compara dos retos, uno más puro y montañero con otro más mediático y ‘marketiniano’.

Nuestro colaborador y amigo Txus Romón no solo plasma en el teclado su amplio conocimiento del deporte en general y de las carreras por montaña en particular, también corre, y mucho (hace años todavía más). Os ponemos en precedentes:

En 2001 (ya ha llovido) Enric Lucas (conocido alpinista y corredor de montaña) establecía el récord de Carros de Foc, una exigente y más que técnica vuelta por el pirenaico Parque Nacional de Aigües Tortes i Sant Maurici, con obligatorio paso por 9 refugios de montaña para sumar en su ruta original 55km y 9200 metros de desnivel acumulado ( datos aproximados que pueden variar dependiendo del trazado que se siga). El catalán paraba su reloj en 10h35’, comentando que ese crono tardaría unos años en mejorarse aunque no descartaba que algún día alguien pudiera hacerlo entre 8-9 horas.

Lucas no iba muy desacertado cuando en 2007 Txus Romón daba esta vuelta en 10h20’. Lo hacía ‘a vista’ y sin previo conocimiento de la misma. Un par de años después, el de Muskiz regresaba al tajo para realizar una de sus obras maestras en la montaña, Carros de Foc en 9h27’. Txus estaba fuerte, en 2008 hizo 5º en su debut en UTMB, y recordamos que la organización de este reto (400 participantes tuvo aquel mes de agosto de 2009) premiaba con 20€ por cada minuto que se mejorara las 10h20’. El propio Txus mejoró su crono en 53’ y se embolsó algo más de 1.000€ .

Una vez os he puesto en contexto (de Kipchoge no os explico nada porque ya lo sabréis), vamos allá con la sabia e interesante reflexión de Txus Romón:

«Este año se han cumplido 10 años desde que se estableció la actual mejor marca de skyrunning en Carros de Foc. La marca es mía, lo afirmo con mucho orgullo y enorme nostalgia. Aunque ha pasado poco tiempo, eran otros tiempos, más románticos, en los que el rendimiento era una consecuencia de la actividad y no el objetivo principal como ocurre en el deporte moderno. Me explico; la motivación estaba en completar un recorrido, hacerlo más rápido que el resto y como consecuencia se batían marcas. Era una carrera, con una dosis importante de aventura por el formato de competición, pero una carrera al fin y al cabo.

De un tiempo a esta parte el deporte, la competición, una vez más como consecuencia del predominio del marketing y las ventas, se está convirtiendo en algo físico y totalmente tangible pero cada vez más desprovisto de su identidad, el espíritu de superación frente a los congéneres. Espíritu de superación con matices. Hay una gran diferencia entre el deporte y la aventura. La aventura requiere afrontar lo desconocido, es una vivencia personal repleta de riesgo e incertidumbre; no es mortal de necesidad pero de alguna manera, física o mentalmente existe la posibilidad del fracaso. En el deporte nunca se fracasa, se gana o se pierde con los rivales como única referencia.

Toda esta disertación viene a cuento porque este año hasta en tres ocasiones me han recordado Carros de Foc con el interés de batir la marca establecida y de repente estos días de atrás se ha viralizado el reto, bien denominado RETO, Breaking2 de Ineos con la intención de bajar de las dos horas en una distancia equivalente a la del maratón que nunca en una maratón.

Por supuesto en ningún caso soy tan osado como para poner mis huesos a la altura de los de Kipchoge, sería algo así como una aceituna queriendo parecerse a un melón. Me encanta el atletismo, me parece el deporte más bonito del mundo (con permiso del ciclismo) por pureza y sencillez; confrontación directa entre iguales sujeta únicamente a las leyes de la física. Y hablando de física, en la competición también se cumple la teoría de la relatividad; un hombre o una mujer son los mejores en relación a sus rivales, las marcas y los records son una consecuencia, una referencia que puede servir para objetivar una evolución o el nivel relativo de una prueba pero no son más que una mera anécdota de la propia competición.

Carros de Foc era una carrera disputada en terreno de aventura y el Breaking2 ha sido una aventura que ha intentado vestirse con la piel de una carrera mítica. El Breaking2 no ha sido un maratón; sí han sido 42.195m pero no en una carrera como Berlín, Londres, Chicago o Barcelona que tienen esa misma distancia. Las diferencias son sustanciales; cualquier maratón oficial tiene como resultado más de esos mínimos 42,2km (los gepeses sacan todos los datos a la luz), casi nunca se corre en condiciones ideales y lo más importante, no había rivales. Si además sumamos toda la parafernalia de láser, formaciones militares, playeras voladoras y etc., el atletismo deja de existir. Aun así es innegable que ha sido una gran aventura, 2 horas corriendo a 21,1KM/H es como saltar en paracaídas desde 50 kilómetros de altura y aterrizar vivo.

Carros de Foc Skyrunning era por su original formato lo ms parecido a una aventura pero una carrera al fin y al cabo. Para los profanos, Carros, como Cavalls o la Porta del Cel, son carreras contrarreloj en las que dentro del periodo establecido cada uno elige horario, sentido de la marcha, punto de salida y material. Esta madeja aparentemente desordenada es un regalo dentro del mundo de la competición donde cada competidor tiene enorme libertad para elaborar su estrategia y desarrollarla asumiendo riesgos personales (de ahí ese toque de aventura) pero con el claro objetivo de la victoria como en cualquier carrera.

Si los refugios de Carros de Foc decidieran alguna vez volver a abrir el recorrido sky, los corredores y corredoras tendrían la oportunidad de disputar la carrera y tal vez, posiblemente, mejorar la marca existente (¡Que puede que alguien haya batido ya!) pero no en carrera. Personalmente no me cabe ninguna duda de que con el nivel actual los registros de hace una década se superarían con creces (lo contrario sería una decepción) pero con respeto; Carros pertenece a los refugios, a los guardas y de alguna manera a la historia y leyenda de las carreras por montaña. Por el momento, dejemos descansar en paz a los Carros de Foc.

Kipchoge posee la mejor marca mundial de maratón, Berlín 2h01’39”, donde llegó igual de fresco que en Viena porque estaba muy bien entrenado pero como dice una acertada máxima, no se puede correr más rápido de lo que se corre. Con la aventura de Viena han montado una revolución mediática pero nos han robado una buena sesión de atletismo (Bekele, the Best one, estuvo en Berlín) y han mancillado la historia de la prueba más mítica del mundo, el maratón.

A diferente escala, aceituna contra melón, Carros descansa en las montañas de los Pirineos; tal vez un día vuelva a despertar pero mientras tanto habrá que esperar y si por un casual alguien quiere conocer la historia, algo os podría contar, no todo. Por el momento, ¡La marca es mía!«