Reflexiono de nuevo sobre el uso de la música en competición, la incoherencia en los reglamentos y sus grandes beneficios en el rendimiento físico.

Foto: Kilian Jornet en La Diagonale Des Fous 2012 / Copy: actu974

A finales de junio del año pasado ya escribí sobre el uso de la música mientras corres o compites en una carrera por montaña. Vuelvo a la carga porque me ha parecido un tema interesante, una cuestión que por más que leo no acabo de entender que no haya un consenso de su uso en competición. Por mi parte tengo clara mi postura: ‘Escuchar música dentro de un entorno competitivo debería estar prohibido’.

Quiero comenzar hablando de los problemas y falta de homogeneidad de los reglamentos en cuanto a escuchar música en una carrera seria, reglamentada, federada o en algún Campeonato. En este sentido he comparado dos carreras cuyos reglamentos están o deberían estar en la misma onda (pero no lo están), el de la Minotauro Skyrace (carrera de las World Series ISF a disputarse el 25 de junio en Canada) y el del Cpto de España FEDME del KV (Las Hurdes)  a celebrarse el próximo 12 de marzo.

Pau Capell, uno de los grandes trail runners de los que le gusta correr con auriculares / Copy: Arturo Jimenez Photography

En el reglamento de la carrera canadiense, está terminantemente prohibido el uso de música en competición. También habla de algo muy importante: la toma de conciencia del entorno donde se corre.

En el segundo (en España y en todo un Cpto FEDME), se permite el uso de auriculares siempre y cuando el corredor que los lleve esté atento al participante que lleva detrás, cediéndole el paso por lo que debe llevar el volumen compatible para poder escuchar a otros corredores o al personal de carrera en avituallamientos.

Apartado reglamento Cpto España KV FEDME 2022

A mi entender, las normas de la Minotauro están muy claras, son contundentes y están confeccionadas con todo el sentido común del mundo. Por otro lado, las del Campeonato de España FEDME son permisivas aunque con reservas, intentando contentar al participante y dando pie a que se cree confusión o lo que es peor, un problema.

Apartado del reglamento de la Minotauro Skyrace de SRWS 2022

Todo esto me plantea dos preguntas:

-¿Es necesario que con el súper entorno por el que suele competir un corremontes tenga que llevar música para que su experiencia sea más completa?

-¿Cómo es posible que si en competiciones regidas por ISF (Copa del Mundo de Skyrunning) prohíben uso de música, no se exija lo mismo en Campeonatos de países (como España) que rigen federaciones como FEDME que están bajo su paraguas?

Echando un ojo al reglamento de Trail Running de la RFEA, también dejan utilizar auriculares, a no ser que el reglamento de la carrera en cuestión los prohíba por seguridad.

No tengo nada en contra de l@s corremontes que necesitan de su música para entrenar cada día, pero en cuanto a su uso en competición tiene muchos puntos en contra (al menos para mí -ya los expliqué en el artículo mencionado al inicio y también me expreso en este escrito).

Escuchar Música = Mejora del rendimiento físico

Pero yendo un poco más allá en este asunto, hay algo más, algo llamado ‘doping legal’ por el uso de la música en competición. Algo de lo que much@s os reiréis pero que es una realidad y está más que demostrado, la Mejora del rendimiento físico. Me explico:

Seguramente no escuchas música cuando estudias porque te distrae, pero sí que se sueles hacerlo cuando estás haciendo deporte. Esa misma distracción podría ser positiva para ti ya que esa sensación de fatiga que se produce en el cerebro es distraída por la música implicando una reducción del esfuerzo percibido.

Seguro que hacemos un pequeño experimento con los mismos 10 corremontes a los que se les pasa la escala de esfuerzo percibido de Borg cuando realizan unas series en pirámide en una cinta ergométrica con o sin música, sus resultados resultan muy relevadores.

Otro punto a favor de la música en cuanto al rendimiento es su letra, esta podría mejorar bastante nuestro ‘diálogo interior’, fundamental para ayudarnos a alcanzar un estado ideal para el rendimiento.

Más cosas obvias es que escuchar música activa el sistema nervioso implicando una mejora la resistencia muscular. Si a esto le añadimos las bondades del ritmo, al cual tenemos la tendencia natural de sincronizarnos, a música más rápida (+bits por minuto) más fácil nos resultaría correr más rápido.

Jordi Gamito es otro excelente corremontes fan de los auriculares en carrera / RRSS Jordi Gamito

Dicho todo lo anterior: ¿Podría llegar el uso de la música en competición al estatus de una sustancia dopante?

Algunos estudios y revisiones dicen que ahora mismo el uso de la música en el deporte de competición podrá ser considerada como una ‘droga legal’. Pero cuidado que si se pudiera confeccionar una ‘pastilla’ que al ingerirla nos aportara los mismos efectos positivos para el rendimiento deportivo que los que experimentamos escuchando música mientras competimos, seguramente esa pastilla sería considerada ‘ilegal’, por lo que se prohibiría por ser dopante.  Es aquí donde tiene sentido el titular  de este artículo.

Para que los ‘jefes’ federativos piensen un poco y le den una vuelta…