Foto: Nuria Picas (c) Org. Transvulcania
Reflexiones y consejos para ayudarte a reconocer tu voluntad y preparar tus objetivos para el nuevo año
Todavía no ha comenzando la Navidad y tampoco el nuevo año pero en menos que cante un gallo ya estaremos estrenando el 2019 y con ello nuevos objetivos deportivos. Enero será terreno de juego para nuevas ilusiones y propósitos. Para algun@s, comenzar a correr, para otr@s mejorar sus tiempos en ciertas carreras y querer ir más lejos en sus retos de ultrafondo. Para conseguir todo esto será fundamental una continuidad y disciplina y llegar a ellas, una alta motivación para no cesar en el empeño.
En mi mente tengo un par de frases de dos cracks del deporte mundial que dicen mucho con muy poco. Una es del gran Miguel Indurain: “Lo difícil no es ganar carreras importantes sino mantener o superarte en tu estado de forma para volverlas a ganar”. Por su parte, Wolfgang Güllich (el quizás mejor escalador deportivo que ha habido en la tierra, un superdotado avanzado a su tiempo) decía que: “El cerebro es el músculo más importante del cuerpo y que lo realmente difícil no es entrenar sino estar 100% convencido para comenzar y no parar de entrenar de cara a un objetivo”.
Como veis, todos ‘los buenos’ hablan del poder de la mente como fuente de motivación. En general esta idea tan básica no está tan clara en la cabeza de muchos corredores. El inicio de una nuevo periodo (día, semana, mes o año) son el único plus de motivación que tienen para ‘empezar’ y esta es una razón tan poco consistente que en breve su continuidad brilla por su ausencia y todo cae en saco roto. Y esto suele repetirse una y otra vez, al ser humano le va eso de ‘borrón y cuenta nueva’, y a las pruebas nos remitimos: no nos negaréis que no es todo un clásico eso de comenzar un lunes con el plan de entrenamiento, una dieta o yendo al gimnasio. Por otro lado, estrenar material o herramienta para facilitar la actividad también ayudan a ponerse en marcha: nuevo GPS, zapas o mallas mega guay. Lástima que, aunque todo esto pueda hacerte la carrera más fácil, no te ayude realmente a llevar una continuidad. Creemos tener todo lo necesario para que nada falle pero al final falla. Y te preguntamos, ¿dónde está el fallo?
Creemos que uno de los grandes problemas está en dejarse llevar por la ilusión y la impulsividad. En este sentido antes de ponernos en marcha debería ser obligatorio un previo análisis de nuestros ‘porqués’. Podemos guiarnos durante algún tiempo por el corazón pero al fin y al cabo somos seres racionales. Tenemos la capacidad de pensar y quizás no estamos utilizando bien esta virtud que nos diferencia de los demás seres o directamente no la utilizamos cuando buscamos alcanzar objetivos de todo tipo. Comenzar, dejarlo, comenzar , dejarlo y así una y otra vez puede ser fuente de desmotivación crónica que nos lleve un día a no querer comenzar nunca más.
Si buscamos vivir con calidad de vida lo primero es evitar caer en el desanimo o la frustación. Para eso, es necesario saber que si buscamos llegar a algo, eso debe ser realista y alcanzable. Todo lo demás, no sirve. Si somos capaces de alcanzar lo propuesto, habremos puesto la primera piedra hacía la durabilidad de tus objetivos y con ello de la ilusión.
Pero esto no es todo. Mentalizarse es crucial para llegar al éxito, ya sea a la hora de perder peso o preparar un objetivo deportivo. La voluntad y la motivación se alimentan de muchos factores, pero el más básico es que nos podamos autojustificar de forma contundente a la hora de exponer las razones por las cuáles queremos movilizar nuestras energías en la búsqueda de algo, yendo al grano: ¿Por qué realmente queremos entrenar para conseguir tal marca o acabar aquella carrera?
Según la consistencia de nuestras respuestas, la motivación por ese objetivo se agotará a la primera de cambio o se podrá alargar en el tiempo de forma casi infinita, llegando a que correr forme parte de nosotros mismos al igual que respirar, dormir o comer.
No tengas miedo a preguntarte por qué lo quieres hacer. No tengas prisa, sé sincero y realista contigo mismo y con tus capacidades. Quizás todo esto no te lleve a ganar ningún Campeonato del Mundo pero sí a conseguir una vida y felicidad más plena alimentada por un deporte tan extraordinario como el nuestro.