Foto: Pau Capell en UTMB 2019 / Copy: Rubén Fueyo

Consejos racionales para ayudarte ante tus objetivos del nuevo año.

«La cabeza es el músculo más importante por lo que lo realmente complicado no es entrenarse sino estar realmente convencido de comenzar a entrenarse». Esta es una gran frase y mejor razonamiento del que fue el pionero de la alta dificultad de la escalada deportiva, el alemán Wolfgang Güllich.

Ya acabó la Navidad y entramos en un nuevo año, como siempre terreno de juego para nuevas ilusiones, propósitos y objetivos. Seguros estamos que dentro de estos uno de los más perseguidos es comenzar a ponerse en forma, quitarse los kilos de más de las comilonas de Navidad o ir acumulando entrenamiento para crear una buena base para afrontar los objetivos que tenemos en mente.

Otro gran deportista de nuestro tiempo, Miguel Indurain también aportó su granito de arena a esto de la ‘continuidad’ en el entrenamiento y del rendimiento en carrera:

“Lo difícil no es ganar un Tour de Francia sino seguir ganando y mantenerte arriba del todo”.

El inicio de un nuevo periodo de tiempo: un nuevo día, una nueva semana, un nuevo año, siempre aporta un plus de motivación. A los seres humanos nos va eso de ‘borrón y cuenta nueva’. Es todo un clásico eso de comenzar un lunes con el plan de entrenamiento, una dieta o yendo al gimnasio.

Por otro lado, estrenar nuevo material para facilitar nuestra actividad deportiva también ayudan al personal a ponerse en marcha: nuevas zapas, reloj, pulsómetro o vestimenta guay. Lástima que, aunque todo esto pueda hacerte la carrera más fácil, no sea lo fundamental para ayudarte a llevar una continuidad.

Admítelo, en muchas ocasiones somos tal cual los niños cuando abren ilusionados un nuevo regalo y dejan de jugar con él en cero coma. Y es que en unos días o semanas, la mayoría de nuestros nuevos propósitos caen en saco roto pese a tener en lo que se refiere a lo material, todo lo necesario.

¿Dónde podría estar el fallo?

Uno de los grandes problemas está en dejarse llevar por la ilusión y hacer las cosas por impulsividad. En este sentido, antes de ponernos en marcha debería ser obligatorio un previo análisis de nuestra voluntad, objetivos etc. Al fin y al cabo somos seres racionales y tenemos la capacidad de pensar. Quizás no estamos utilizando bien esta virtud que nos diferencia de los demás seres – o directamente no la utilizamos- y que deberíamos usar no sólo en el ámbito laboral sino también cuando buscamos objetivos personales y deportivos por y para nosotros.

Otro de los dichos populares tiene aquí su importancia y dice así: “De ilusión también se vive”. Y es que ojo con lo que nos ilusionamos si no podemos darle forma, continuidad o bien no hemos sido capaces de conseguirlo nunca pese a haberlo intentando en repetidas ocasiones. En estos casos es muy fácil llegar al punto de la desmotivación. Si uno quiere evitarla, lo suyo es poner la cabeza fría y comenzar a reflexionar.

Wolfgang Güllich, pionero de la alta dificultad. Hace 28 años encadenaba Accion Direct el primer 9a / Copy: Thomas Ballenberger

¿Cómo se hace eso en el ámbito de los objetivos?

Por lo pronto, quedémonos con algo que ya sabíamos: vivir con calidad pasa también por tener ilusiones y objetivos, pero cuidado, no unos cualquiera. Estos deben ser realistas y alcanzables, o lo que es lo mismo: debemos de poder conseguirlos con el esfuerzo y tiempo que sepamos que vamos a poder dar e invertir, deben estar a nuestro alcance y debemos asegurarnos que tenemos un alto porcentaje de posibilidades de conseguirlos. Si somos capaces de darle forma a todo esto, habremos puesto la primera piedra hacía la durabilidad de la búsqueda de tus objetivos y con ello de la ilusión. Tendremos más riqueza para nuestra vida y viviremos más lejos de la desmotivación.

Pero cuidado, con lo anterior todavía no lo tenemos todo. Para preparar concienzudamente un objetivo, la mentalización es crucial para llegar al éxito. Podemos alimentar nuestra voluntad y motivación con muchos factores, pero quizás el más importante es que seamos capaces de autojustificarnos de forma contundente a la hora de exponer las razones por las cuáles queremos movilizar nuestras energías en la búsqueda de algo, yendo al grano:

¿Por qué realmente queremos entrenar de forma continuada?

Según la consistencia de nuestras respuestas, la motivación por ese objetivo se agotará a la primera de cambio o se podrá alargar en el tiempo de forma casi infinita. El peso que tengan las razones por las cuáles queremos conseguir algo será fundamental para que lo que tengamos que hacer para conseguirlo forme parte de nosotros. Si queremos mejorar nuestra marca o terminar una carrera concreta, tendremos que tener muy claro el porqué. Para ello correr casi a diario o seguir un plan de entrenamiento será tan fundamental para nosotros como comer o dormir.

Trázate una sólida estrategia, un plan acorde con tus posibilidades, no tengas miedo a preguntar o asesorarte, no te desanimes ante los tropiezos, no tengas ninguna prisa y sobre todo, sé realista y coherente con tus objetivos y capacidades. Todas estas podrían ser entre otras, premisas a tener muy en cuenta para conseguir que seas firme y resistente en la búsqueda de tus ilusiones y objetivos.

¿Quién sabe si al final, y cómo a much@s nos ha pasado, encuentras en ellos tu pasión o forma de vida?

Y no olvides lo que decía Wolfgang Güllich: «La cabeza es el músculo más importante»…..