Foto: Salida etapa Desafío Lurbel / Copy: Lurbel PG

Una crítica constructiva al ‘autobombo’ del corredor de montaña en estas plataformas.

Para bien o para mal ya hace bastante que las redes sociales están entre nosotros. Existen sus fans y sus detractores pero al final si quieres tener visibilidad y promocionar tu negocio o medio de comunicación, no queda otra que pasar por ellas.

Sus ventajas son claras. Facebook, Twitter, Instagram etc nos permiten una fluida y frecuente comunicación. Y es que ya lo dicen ellas mismas, son RRSS (Redes Sociales). Desde compartir contenidos sencillos e información hasta encontrar a personas conocidas que hacía años que ni sabíamos de ellas, pasando por poder comunicar con personas a las que no conocemos físicamente pero sí podemos entablar un diálogo mediante mensajes instantáneos.

Hoy día la influencia de las RRSS es tal que se puede afirmar que “si no estás en alguna de ellas no existes”, literal. La pura realidad es que las redes se han convertido entre otras cosas en un mecanismo para la expresión, un lugar para comunicar lo que te dé la gana de la manera que quieras y cómo no, una herramienta de promoción para personas, marcas, medios de comunicación, eventos y/o entidades etc. Si nos centramos en nuestro campo de juego, el trail running, nunca me hubiera imaginado que por ejemplo la autopromoción individual llegara hasta el punto donde está hoy día.

Como aficionado o practicante de las carreras por montaña, estoy seguro que quizás leer cómo los demás expresan y vierten en redes lo que quieren sin ningún tipo de reparo, te haya animado a hacer lo mismo, por lo que también habrás compartido en redes y de forma virtual algunos de tus entrenamientos, inquietudes, logros o sensaciones. También estoy seguro que los comentarios positivos de los demás hacía tus posts, hayan hecho que quedaras ‘enganchado’ a lo que en Psicología se llama ‘deseabilidad social’, o dicho de otro modo, ser aceptado como una persona muy deseable, un modelo a seguir para la sociedad. Desde este punto al punto que vamos a comentar en las próximas líneas, o incluso hasta llegar a la figura del ‘influencer’ que vende humo, hay un camino muy corto.

No me negarás que mola mucho cuando vuestros amigos o seguidores comentan vuestra actividad, le dan al ‘me gusta’ y os envían ánimos o cumplidos. Pero cuidado, a partir de aquí se puede entrar en el resbaladizo terreno de la dependencia, de la ya comentada arriba, ‘deseabilidad social’ o de la espiral: «yo te doy cremita si tú me la das».
Este es el modus operandi que provoca que la gran mayoría de nosotros pierda la objetividad a la hora de valorar justamente todo lo que se publica en una red social. El más activo e insistente, el que más cara dura pone al asunto, el que mejor sabe las estrategias para tener éxito en este entorno (por ejemplo una buena imagen) , suele ser finalmente el más ‘famoso’ y ‘valorado’.

A partir de lo comentado se suele hablar de ‘postureo’, ese término que está tan de moda y que desde no hace mucho ha entrado en nuestras vidas a raíz de las redes sociales. Algunos dicen que hablar de ‘postureo’ es hablar de ‘elegancia’ o ‘actitud’, de saber llegar o vender a la gente. El que aquí escribe no lo definiría así, sinceramente me parece que más bien es jugar a ser quien no se es. ¿El objetivo? Recibir reconocimiento social que luego se traduce en, seguramente, beneficio económico.

Pero el ‘posturear’ en internet va más allá, y desde ya hace tiempo, esta actitud se ha visto potenciada por muchísimas marcas comerciales que han visto en ella una forma ideal de promocionar sus productos. En nuestro sector, de sobra es sabido los much@s l@s corredores/as amateurs o de nivel medio que se han hecho un hueco en el ‘famoseo’ del trail running a base de convertir muchos de sus posts en reclamos publicitarios. Sí, triunfan aquell@s que tienen desparpajo, don de gentes, tiempo para publicar diariamente o para sacar una atractiva foto.Son es@s que tienen un buen y asentado círculo de coleguitas, l@s que le echan morro al tema y elogian frecuentemente a un producto o marca determinada, es@s son los que pese a no tener un alto nivel atlético, han conseguido que ‘corremontañerar’ no les cueste dinero. El ‘posturear’ funciona, si no que se lo pregunten a algún@s de ell@ o bien a muchas marcas o carreras de nuestro sector, ¿para qué van a contratar publicidad en los medios especializados o pagar mensualmente y como se merecen a los corredores de alto nivel, los que entrenan de verdad, los que son el espejo donde mirarse, los que inspiran, si dándole 2 zapatillas, un viaje y 3 inscripciones a un buen puñado de corredores menos que mediocres, estos bombardearán las RRSS hablando maravillas de una carrera o una marca? (aquí también incluyo a los youtubers).

Pero es lógico que esto pase. A estas firmas y eventos les sale más rentable abastecer de material o pagar alojamiento y/o viaje o inscripción a un buen puñado de corredores amateurs, que costear una campaña publicitaria en los medios de comunicación especializados o que pagar mediante un buen contrato a los mejores corremontes del momento.

¿Quizás son estos dos los menos beneficiados de esta nueva corriente de redes sociales y publicidad?

¿Va esta tendencia de propaganda en contra de la profesionalización del trail running?…algo tan buscado y piedra fundamental de la consolidación nacional y mundial de nuestra disciplina.

Personalmente, por supuesto que respeto este sistema de promoción pero por mis principios es imposible que lo pueda compartir ni secundar. A mí entender este fenómeno no facilita las cosas a los mejores corredores, a los de más alto estatus, a los que objetivamente lo merecen, a los ganadores, a los referentes.

Quizás me quedé anticuado, vengo de otra época (finales de los 90) cuando corríamos ultras de montaña con maillots de ciclista para guardar las barritas o con camisetas de algodón, relojes Casio Lap Memory 30 y zapatillas lisas. No quiero ser abuelo cebolleta pero por aquel entonces para que te regalaran un simple par de zapatillas te lo tenías que ganar entrenando duro, sudando de verdad, y como poco, ganando alguna carrera.

Llamadme antiguo pero para mí la dinámica actual, la comentada más arriba, no nos ayuda en nada de cara al futuro. Tampoco a nuestros hijos quienes no se criarán en la sana y buena cultura del esfuerzo y la objetividad. Estos pensarán que con un ordenador, una conexión wifi y algo de morro se pueden conseguir aprobación social, cosas materiales y por extensión lo que quieran. ¿Qué pobre, no?

Si el deporte es una grandísima herramientas que nos ayuda a conocernos mejor, ser justos, enseñarnos a que nada se regala y que te lo tienes que ganar, a ser honestos con nosotros mismos y los demás, y aporta valores humanos a todos los que lo practicamos para construir una sociedad más sana y de mejor calidad, ¿por qué no utilizar las redes sociales para informar, comunicar etc, pero huyendo del postureo?